Por “Clarita” Pasos
Saber que quiero.
Este es un objetivo principalmente a la hora de educar adolescentes, implica ante todo atreverse a pensar, a reflexionar y a salir de la mediocridad.
El hombre actual renuncia a las responsabilidades del pasado y desconfía del futuro. Concentra su vida en el presente. Esta actitud machista el sentido de la existencia o acrecienta el aburrimiento. La permanencia en el presente causa, tedio, vacío y de este vació se pretende escapar ¿Cómo? Por la velocidad, la prisa, la ocasión de las drogas o por lo que la imaginación sugería.
“Para que un adolescente sepa lo que quiere necesita fundamentalmente, descubrir, el amor, como capacidad de dar y como capacidad de recibir.
Muchos adolescentes se caracterizan por saber “lo que quieren” su comportamiento es fuerte de perplejidad, también para ellos mismos.
El hombre muchas veces camina inconscientemente por la vida, sin embargo en él se mantiene la apertura a la verdad.
En este transitar por el mundo, el ser humano encuentra el peligro del cansancio, del miedo, de la inseguridad. Es vital que no se deje vencer por estas tentaciones y que renueve el espíritu de lucha.
Las armas de que disponemos para combatir el aburrimiento son la voluntad y la capacidad de descubrir algo nuevo en lo más conocido. En lo más común y cotidiano. O sea desarrollar la capacidad de los detalles aparentemente más insignificantes.
Esto implica un cultivo de la sensibilidad que se abre a un gozo profundo de la vida, en palabras de Alfonso López Quintas, los jóvenes hoy necesitan conocer experiencias de “éxtasis” que procedan de un vivir creativo, para sustituir las de vértigo que proviene de centrar todo en las sensaciones.
Sí que los jóvenes tienen una sensibilidad en todo, por lo que necesitan distractores para satisfacerla; y estos deben de ser sin duda muy positivos, para que sean de alguna manera satisfactorios en sus necesidades.
Su estabilidad emocional es muy fácil por lo que se recomienda tener mucha comunicación con ellos, y sobre todo actividades extras, programadas después de las tareas y el estudio para que canalicen su energía en actividades muy positivas, que los llenen satisfactoriamente, para que se sientan bien.
Recordemos que si dejamos a los jóvenes y niños que lleguen al aburrimiento, esto los afecta de manera que buscan cosas que hacer no supervisadas, por los Padres de Familia que luego les trae consecuencias perjudiciales.
Hay que estar muy al pendiente de los hijos. Muchas gracias hasta la próxima semana.
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