«Este informe no se cuenta desde una oficina, se vive en las calles, se respira en las comunidades y se construye con ustedes, día a día.» Con esta frase, la diputada federal Abigail Arredondo Ramos resumió el sentido profundo de su gira derendición de cuentas: un recorrido de dos semanas por el estado de Querétaro, en el que no llevó un discurso prefabricado, sino el corazón abierto paraescuchar, compartir y conectar.
Porque informar no es solo hablar, es estar presente. Abigail no eligió el camino fácil de los auditorios cerrados ni de los informes en redes, eligió caminar, estuvo en mercados, en plazas, en comunidades indígenas, en colonias con historia y en barrios con carencias, donde cada apretón de manos y cada mirada directa fueron más valiosos que cualquier cifra. Ahí, donde la gente no pide milagros, sino que la escuchen, que la comprendan, que no la olviden después del voto.
Durante estas dos semanas, la diputada no solo habló de leyes o gestiones; habló de realidades compartidas. Escuchó a mujeres que sostienen a sus familias solas, a jóvenes que buscan oportunidades, a adultos mayores que necesitan ser vistos.
Llevó la política a su forma más noble: al servicio humano, al territorio vivo. En tiempos donde la política muchas veces parece distante, fría o desconectada, Abigail demostró que hay otra manera. Que es posible construir desde abajo, desde lo cotidiano, desde la empatía.
Su informe no se leyó, se sintió. Porque cuando una representante elige caminar junto a su gente, lo que entrega no es solo un balance, sino un compromiso renovado de seguir trabajando con el corazón puesto en la
tierra.
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