Voz de la Sierra

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 Orientación Familiar 1

 

Por “Clarita” Pasos

Continuación y conclusión del tema: Porque algunos niños no tienen amigos.

Los niños poco hábiles para usar las cosas y mal dotados para los juegos están también en desventaja.

Los niños de carácter difícil suelen ser ignorados por los demás. Por ejemplo, los que son muy nerviosos, inestables, reservados, egoístas, muy nerviosos, agresivos, caprichosos y peleoneros.

Algunas de las dificultades para ser aceptado y para aprender a convivir con los compañeros tienen su origen en ciertas circunstancias: incorporación tardía a la escuela ausencia prolongada por enfermedad; problemas de expresión.

El factor que hace más difícil la adaptación al medio escolar es una educación familiar inadecuada durante la fase preescolar. Dentro de ella es especialmente perjudicial el proteccionismo. Los niños acostumbrados a que sus Padres estén continuamente pendientes de sus necesidades, de los demás: serán más egocéntricos de lo normal. Los niños que encuentran resueltos en casa todos sus problemas, difícilmente estarán dispuestos afrontar los problemas que sugieren en la convivencia con los compañeros.

Una educación familiar inadecuada dificulta la adaptación escolar.

Los niños criados entre algodones no están preparados para luchar  con sus compañeros en los juegos competitivos.

Los niños mimados, acostumbrados a que sus padres les concedan todos los caprichos, no aceptan fácilmente las reglas que rigen los diferentes juegos. Y como durante toda la infancia se basa en el juego competitivo y reglado, los niños aptos para el mismo quedan al margen del grupo.

Algunos Padres tienen un miedo exagerado a los peligros que corre el niño pequeño: que se caiga por las escaleras, que sea agredido por otro niño, que se enfrié en la calle. Esto les lleva a no dejarlos hacer casi nada. Por otra, la ansiedad de los hijos: los niños tienen miedo de participar en los juegos de sus compañeros.

El miedo del niño a intervenir en actividades comunes es percibido por sus compañeros y hace que estos últimos se aparten de aquel. A su vez el saberse no aceptado o rechazado aumenta la inseguridad y el repliegue del niño sobre sí mismo. Estamos por tanto, ante un círculo vicioso. Los padres ansiosos y aprensivos pueden trasmitir sus temores a sus hijos.

   Muchas gracias hasta la próxima semana.