Por “Clarita” Pasos
Sobriedad (continuación).
Otro criterio sería el de preguntarse sí habría consecuencias negativas en lo que se persigue en casa de no realizar el gasto (de dinero, de tiempo, etc.) por ejemplo: ¿Qué pasaría si un hombre de negocios regresara a su casa temprano un día para estar con su esposa? ¿se hundiría la empresa? O ¿ qué pasaría con los hijos si su madre acompañase a su marido de viaje alguna vez? O ¿Qué pasaría si no acudiese a este tipo de película? ¿Realmente perjudicaría a su nivel de cultura?
Dentro de la adquisición de posesiones, y el gasto licito de lo que poseemos, un síntoma concreto de estar usando razonablemente lo que uno tiene es que siempre se quede con alguna necesidad de tener más. Es decir nunca se debería llegar al punto de saturación.
No hay nada de malo en la adquisición de bienes en si. Puede haber mal sí: el producto en si es anti educativo. Uno depende del producto de modo que no sabe desprenderse de él.
En que gasta el tiempo. Aunque no hemos referido a distintos tipos de gasto, dinero, tiempo, esfuerzo, sentidos, de hecho suelen coincidir en la realidad. Si una persona busca continuamente modos de saciar sus gustos es lógico que gaste la mayor parte de su tiempo en ello.
Parte del tiempo propio necesita gastarse en el cultivo de lo intelectual.
Pero no basta tener en cuenta el gasto del dinero.
En la práctica querrá decir que se necesita distinguir entre hechos y opiniones entre lo importante y lo secundario, entre motivos reales y motivos aparentes, entre lo que se dice y lo que se hace, entre caprichos y necesidades.
Pero para ver la capacidad propia de enfrentarse con la sociedad de consumo. Quizá el indicador mayor para reconocer el estado real de la propia vida es el de considerar en que se gasta el tiempo.
Parte del tiempo necesita gastarse en el cultivo de lo intelectual. Y los Padres deben dar la oportunidad a sus hijos para que se vayan formando. De hecho en este apartado sobre la sobriedad, se han descrito principalmente criterios y vías para que los Padres puedan razonar con sus hijos.
En la educación no hay recetas, pero lo que si se puede asegurar es que hoy día los Padres están en casa en un situación difícil.
La mayoría hemos aprendido a comportarnos imitando a nuestros Padres. Luego la misma vida nos ha mostrado que ese comportamiento no es siempre valido.
La capacidad de crítica no es lo mismo que la capacidad de quejarse. La segunda la tenemos todos. La primera muy pocos. Muchas gracias hasta la próxima semana.
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