Voz de la Sierra

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Orientación Familiar | Las actividades, extras por las tardes y los fines de semana, para niños y adolescentes

Por “Clarita” Pasos

Las actividades, extras por las tardes y los fines de semana, para niños y adolescentes, existan al aburrimiento de estos, es importante que se mantengan ocupados, pues es muy común que al ocio los lleve a realizar actividades no convenientes que los pueden perjudicar, metiéndolos en problemas, es por esto que para evitar, actos que los perjudiquen, realicen actividades positivas, que los mantengan ocupados después de las tareas escolares.

En las ciudades como en el campo existen diferentes actividades extras después de las tareas, pueden ser deportivas preferentemente, aunque las actividades artísticas también son recomendables.

Males de la juventud actual: sin pretender agotar el tema podemos destacar que un mal de la juventud actual es la falta de paciencia.

La impaciencia aumenta el peso de los padecimientos. Esta se manifiesta en la poca tolerancia ante los defectos propio y ajenos: surge también en situaciones problemáticas cuya solución requiere tiempo y esfuerzos y no se emplea ninguna de las dos cosas; la falta de paciencia se presenta también ante la no aceptación de las dificultades que la vida lleva consigo y está también en querer todo y ahora con carácter exigente. Esta necesidad de lo inmediato emana de la honda alguna de tedio.

Hay un afán creciente un inquieto nerviosismo por cambiarlo todo continuamente  sin saber exactamente porque esta fatiga que está debilitando a la humanidad tiene una causa una búsqueda desafinada de felicidad.

La felicidad para el prototipo del adolescente es la diversión: “si me divierto no hago daño a nadie”, dicen algunos. El problema no está en que se diviertan sino en como se divierten.

En la ansiosa búsqueda del placer, del bienestar, en el intento incondicionado de eliminar todo lo que contraria y supone esfuerzo, se obtiene el afecto contrario: aparece el desencanto.

La sobreestimación exagerada de las frustraciones infantiles y la crecientes exigencias del confort contribuyen a que los jóvenes cuenten con una falsa seguridad. El apego a los bienes materiales y al propio yo, el pésimo y desaliento causan la desconfianza.

Si se posee todo lo que el pobre horizonte pragmático vislumbran no hay ya motivo por el cual luchar, o algo que alcanzar, entonces surge el aburrimiento.

Estamos inmersos en una época de creciente tiempo libre. Este tiempo se invierte en la tv. En ingerir bebidas alcohólicas y escuchar música; en jugar o en conversar sobre temas superficiales. Sin embargo, experimenta un hastió más o menos profundo, en medio de la diversión y del jolgorio, cuando se comprueba que eso no llena el hueco interior, que todas la diversiones son el mismo, el aburrimiento se refiere a todo. Este aburrimiento agresivos invaden al ser humano tanto en el trabajo como en el descanso. Muchas gracias hasta la próxima semana.