los premios o recompensas son más efectivos que los castigos, porque fortalecen la conducta correcta. Sin embargo tienen algunos inconvenientes.
- Que los estudiantes obren solo por la remuneración y no por la obra bien hecha:
- Que sigan el camino más fácil para lograr el premio sin preocuparse del trabajo en si mismo.
- Que se sientan decepcionados cuando consiguen la recompensa.
- Que se piensen que todo esfuerzo merece recompensa inmediata.
Una tarea de aprendizaje que tiene que ser controlada con la promesa de un premio, carece de motivación intrínseca.
Todo esto significa que no conviene abuzar de los premios y menos aún de los que suponen competición.
Además deben reunir algunas condiciones. Estar relacionados con la conducta que se desea valorar: enlazar con intereses y aficiones personales.
Establecerse a corto plazo: evitar las recompensas económicas o los regalos materiales por sistema: es decir, ninguna ni siempre no premiar todo lo que se hace bien.
Los castigos al contrario que los premios influyen solo indirectamente en el comportamiento sancionado.
El castigo es necesario pero no suficiente, ya que no sirve para desarrollar en los hijos disposiciones positivas motivos propios y convicciones hacia el estudio. Debe advertirse además que los resultados escolares no merecen siempre un castigo. Si el hijo se ha esforzado, si ha hecho lo que dependía de él, no solo no debe ser castigado, sino que debe ser premiado, aunque las calificaciones escolares sean bajas.
Al igual que los premios, los castigos deben reunir, algunas condiciones para que sean educativos: que no sean un mero desahogo del enojo de los padres: que sean proporcionales a la falta cometida: que estén relacionados con el carácter y edad de cada hijo: que se impongan sin demora con respecto al momento de cometer falta: que la sanción se establezca tras una conversación con el hijo, de forma que este último comprenda por que ha actuado mal y vea el castigo como una forma para reparar la falta cometida: que esté relacionado con la falta y de ser posible que el chico pueda tomar parte activa en la reparación de aquella.
A diferencia de la extrínseca, la motivación intrínseca se basa en saber presentar el estudio como un trabajo con sentido, como una actividad fuerte de satisfacciones personales, la próxima semana continuaremos con la conclusión de este tema muchas gracias.
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