Voz de la Sierra

Noticias en Querétaro

 

 

Por Arturo Maximiliano García 

La memoria colectiva financiera en México todavía lleva estampada la cifra del 11 % al 12 % anual como referencia del costo del dinero. Era una época muy reciente de tasas altas en la que cada peso prestado nos costaba caro, y cuando ves tus estados de cuenta de hace unos pocos años, lo sientes, incluso si tu crédito aún tiene esa tasa por haber quedado fija.

Hoy, la historia está cambiando. La Junta de Gobierno del Banco de México ha decidido recortar su tasa de referencia varias veces desde marzo de 2024 hasta noviembre de 2025, llevando el instrumento clave de 11.25% (aproximadamente) hasta 7.25% en el último ajuste. Un descenso total de casi cuatro puntos porcentuales, que abre oportunidades reales para quien tiene un crédito, quiere renegociar, o está pensando pedirlo.

¿Por qué importa la tasa de referencia?

La tasa que fija el banco central no es una cifra de buró: es el precio al que el sistema financiero toma y presta dinero a muy corto plazo. De ahí se derivan, con algo de desfase, las tasas de los créditos hipotecarios, empresariales, personales y hasta de consumo. Cuando la tasa madre, por así llamarla, baja, se envía una señal al mercado: el crédito puede abaratarse, al menos en teoría, y eso es bueno para nuestro bolsillo.

¿Qué beneficios concretos puede haber para ti?

Si ya tienes un crédito variable:

Si tu tasa está ligada a referencias que, a su vez, dependen de la tasa de Banxico (como ciertas líneas empresariales, personales o de desarrollo), cada recorte abre la posibilidad de que tu mensualidad baje o que el costo del financiamiento sea menor al momento de su revisión.

Si quieres renegociar o cambiar de banco:

Si contrataste hace algunos años con una tasa elevada, este ciclo obliga a que revise tu contrato. Aunque tengas una tasa fija, puedes explorar un refinanciamiento o una sustitución de crédito, porque el entorno externo es ahora más favorable.

Si estás pensando en un nuevo crédito:

Es un momento más benigno para endeudarse (en comparación con hace unos años). Las condiciones de mercado ya incorporan la baja de tasas, lo que se traduce en menor costo esperado. No significa “tasa cero”, significa “tasa más moderada”.

¿Y qué condiciones debes revisar como usuario?

Verifica que el descuento de tasa se traslade efectivamente a tu contrato o propuesta bancaria.

Considera los costos de renegociación cuando sea tu opción, para que no te llegue a salir más caro el caldo que las albóndigas: por ejemplo avalúo, comisiones, gastos notariales.

No te endeudes más de lo que puedas pagar, porque aunque la tasa baje, el riesgo de empleo o ingreso sigue latente.

Si tu crédito es de consumo, revisa que el banco traslade la baja y que no existan trampa de “mantenimiento de spread”.

¿Limitaciones a considerar?

Aunque la tasa de Banxico baje, los bancos nunca prestan a ese nivel: siempre existe un margen adicional (spread) que depende de la competencia, el perfil del acreditado y el tipo de crédito. Compara opciones, los bancos tienen productos diferentes, algunos te convendran más que otros.

Los recortes son graduales: el crédito no se abarata de un día para otro ni en todos los segmentos. Te recomiendo estar atento de la publicidad bancaria y corroborar los términos con ejecutivos de las instituciones directamente. Analiza sin prisa

Si la inflación o el tipo de cambio se disparan, pueden revertirse recortes o subir los costos de financiamiento.

Conclusión:

Ver que la tasa de Banxico baje es una buena señal financiera para ti. Pero la mejora real depende de cómo se traslade al contrato, cómo aproveches el momento y cómo gestionas tu relación financiera.

Este es un mejor ciclo para endeudarse o para renegociar. Si sabes que puede bajar más, puedes actuar con ventaja..

Porque una tasa más baja no solo es un porcentaje: puede significar un ahorro real en tu mensualidad, en tus planes de vida, en tu tranquilidad financiera.